QuéPasaColima.- La entrada en vigor de la Ley que
permite consumir mariguana legalmente “con fines recreativos” en los estados de
Washington y Colorado en los Estados Unidos, debe ser un llamado de atención
para el gobierno mexicano, para replantear los alcances y objetivos de su
política de combate al narcotráfico y al crimen organizado.
¿Qué sentirán los soldados, marinos
y policías federales que tienen como principal objetivo contener el tráfico de
drogas hacia los Estados Unidos? ¿Qué caso tiene desviar recursos humanos y
materiales de las fuerzas armadas para contener a un monstruo de mil cabezas,
que es el narcotráfico, mientras en el vecino país se consume abierta y
legalmente la mariguana?
Es hora de que el gobierno de México
asuma una posición propia, que deje su sumisión a la política hipócrita de los
Estados Unidos en materia de drogas y que se determine qué es lo que más
conviene a los intereses soberanos de nuestro país.
Y es que, en los últimos 12 años de
gobiernos panistas, se sentaron las bases para que México sujetara su política
de seguridad nacional a los intereses de los Estados Unidos en materia de
drogas. Sumisos los gobiernos panistas, recibieron la encomienda de
interceptar, en lo posible, los cargamentos de droga que fluyen de Sudamérica y
de nuestro propio país hacia el más grande mercado de drogas que hay en el
mundo, el de los Estados Unidos.
Aceptaron Vicente Fox y después
Felipe Calderón, la “ayuda” estadunidense de equipo militar y policíaco, equipo
y software para realizar “exámenes de confianza” a los cuerpos policíacos y la
supervisión directa de las acciones antidrogas.
Los panistas permitieron que las
agencias estadunidenses investigaran y participaran en operativos antidrogas
(realizados por las fuerzas federales mexicanas) a pesar de que con ello se
vulneró flagrantemente nuestra soberanía. Y todo, en aras de quedar bien con el
vecino, que viera que hacíamos la tarea de acuerdo con sus indicaciones.
¿Y todo esto para qué?, para que en
Estados Unidos se amplíen los mercados y el consumo legal de droga. Para que
las agencias estadunidenses se aboquen a golpear las estructuras financieras de
los cárteles mexicanos para arrebatarles parte de sus ilícitas ganancias, pero
sin matar la gallina de los huevos de oro, es decir, sin afectar la
infraestructura de distribución de drogas, porque el negocio millonario de la
venta de drogas es parte importante del motor financiero que mueve la economía
estadunidense.
Estados Unidos tiene bien clara su
relación con el mundo de las droga. Lo ha demostrado a lo largo de la historia
con el conflicto Irán-contras, cuando no le importó al vecino país cambiar
drogas por armas para la contra nicaragüense. Las recientes revelaciones sobre
la muerte del agente de la DEA, Enrique Kiki Camarena y la posible intervención
de la CIA en su muerte, dejando de lado la versión oficial de que los
responsables del asesinato fueron los narcotraficantes Rafael Caro Quintero y
Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto.
Es tiempo de que los principales
involucrados en el combate a las drogas, que son el Ejército y la Armada de
México expongan abiertamente su visión sobre el combate a las drogas a corto,
mediano y largo plazo, y sobre todo, a partir de que, mientras ellos ponen al
personal que muere o es herido por tratar de impedir el cruce de drogas al vecino
país, allá se festine el uso recreativo de la mariguana sin pudor alguno.
Es tiempo de pensar seriamente en la
posibilidad de legalizar la producción, venta y consumo de la mariguana.
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