QuéPasaColima.- Los estados con mayor capacidad y
desarrollo científico, tecnológico y de innovación (CTI) son el Distrito
Federal, Nuevo León, Querétaro, Jalisco y Morelos, según el Ranking Nacional de
Ciencia Tecnología e Innovación 2013, presentado por el Foro Consultivo
Científico y Tecnológico (FCCyT).
En contraparte,
refiere el documento, Tabasco, Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Campeche se
encuentran al final del listado. A su vez, destaca a aquellas entidades que han
aumentado sus esfuerzos para robustecer sus capacidades en CTI, como Puebla,
San Luis Potosí, Sinaloa, Tamaulipas, Baja California Sur, Yucatán, Colima,
Coahuila, Aguascalientes, Baja California, Chihuahua y Sonora.
Si bien las entidades
con menor desarrollo representan previsiblemente las del sureste y existen
otras que aumentan progresivamente sus capacidades, el grupo de investigación
definió estos tres grupos (clústeres), los cuales deben de emprender distintas
estrategias para beneficiarse del conocimiento, señala María Antonieta
Saldívar, una de las autoras del estudio. Dentro de esta “clusterización”, el
Distrito Federal quedó fuera porque se trata de “un punto extremo, debido a la
diferencia en relación con los tres grupos”, apunta el texto.
Durante la
presentación del Ranking, los autores —encabezados por Gabriela Dutrénit,
coordinadora del FCCyT— enfatizaron que esta herramienta estadística busca
brindarle a los estados indicadores para mejorar sus capacidades en estas
áreas, y si bien hace el comparativo entre ellos, el objetivo es mostrar un
mapa o fotografía sobre la circunstancia en que se encuentran.
“No busca lastimar
la imagen de los estados”, apuntó Jorge A. Villegas Rodríguez, director de
Desarrollo Estatal y Regional del Conacyt. “Esta información es una herramienta
útil de negociación para que los estados busquen incrementar sus inversiones en
CTI”.
Los indicadores
evaluados por el estudio contempló la Infraestructura académica y de
investigación; la Formación de recursos humanos; Personal docente y de
investigación; Inversión en CTI; Productividad científica e innovadora;
Infraestructura empresarial; Tecnologías de la información y comunicaciones;
Componente institucional; Género en la CTI y Entorno económico y social.
NÚMEROS ATÍPICOS.
Este rank, que fue realizado por primera vez en 2011 —y que los autores
prefieren referir
más como “mapa” o “fotografía” que como ranking, pero que dejaron así para
identificarlo con el esfuerzo anterior (y con el cual no debe compararse el
actual, dicen, debido al aumento de parámetros evaluados)— puntualiza tres
aspectos de desarrollo vinculantes a la posición obtenida por cada entidad
federativa en el estudio: competitividad, desarrollo humano y pobreza.
“Aquellos estados
que tienen un mayor desarrollo en sus capacidades científica, tecnológicas y de
innovación tienden a ser más competitivos”. Para ello ejemplifica que el DF,
Nuevo León y Querétaro cuentan con el primero, segundo y quinto lugares,
respectivamente, en el Índice de Competitividad (calculado por el Instituto
Mexicano para la Competitividad), mismos que obtuvieron altas posiciones en el
Ranking. Algo similar sucede con el tema de Desarrollo humano.
Sin embargo, algo
“atípico” sucede en el siguiente punto, nimio, pero sorpresivo. De acuerdo con
el Coneval, los estados con mayores porcentajes de pobreza son Chiapas,
Guerrero y Puebla, donde este último difiere en sus capacidades de CTI respecto
a los anteriores. Esto significaría un “área de oportunidad que atender (…)”,
acota el estudio.
Pero este no es el
único indicador que salta a la vista. En el indicador sobre Género en la CTI
(equidad), que cuantifica la inclusión de las mujeres en estas áreas, si bien
el estado de Morelos obtiene el tercer puesto en el ramo —recordando que es el
quinto general—, el estado de Chiapas alcanza el séptimo, Guerrero el segundo y
Oaxaca el sexto. Para Jorge Villegas, podría existir un resultado interesante
que valdría la pena profundizar o se trata de un error en la metodología que
debería revisarse.
Más allá de la
especificación de los números, Luis Sanz —profesor-investigador del Consejo
Superior de Investigaciones Científicas España, quien fue invitado a la
presentación— destacó la importancia de no enfocar el estudio desde el
deterioro de una posición sobre otra, “lo cual no es ventajoso al momento de
realizar
políticas
públicas”, y al contrario analizar cómo se puede ayudar a mejorar a aquellos
que obtuvieron los índices más bajos. “De lo contrario sería un circulo
vicioso”.
“Cada territorio es
único e implica una dinamización de actores (academia, gobierno, empresa) y
cómo moverlos a favor de una política o desarrollo”, dice por su parte
Saldívar. “El estudio no es un dictado de cómo hacer las cosas, sino una
herramienta para promover la participación de todos, de acuerdo a las
capacidades y vocaciones en cada estado. Pero lo primero es poner acentos [con
el ranking], es por dónde hay que empezar”.
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