QuéPasaColima.- Cuatro meses después del paso de la
tormenta Manuel, comunidades de Acapulco permanecen olvidadas por el gobierno.
Una de ellas es el poblado Pochotlaxco, el cual se encuentra al final del
camino carretero de los bienes comunales de Cacahuatepec, a 7.5 kilómetros de
Las Parotas y a unos 50 metros sobre el nivel del río Papagayo.
La noche del pasado
14 de septiembre, el nivel del Papagayo creció aproximadamente 80 metros,
arrasando con 11 de 18 casas de Pochotlaxco, cosechas de maíz, sandías, así
como cientos de gallinas y puercos, destruyendo el camino de terracería que lo
comunicaba con Las Parotas, por lo que solamente se podía arribar después de
cuatro horas de caminar por un cerro desde La Concepción.
“¡Pochotlaxco
también existe!”, reclamó uno de los 67 pobladores en visita a Chilpancingo
para exigir ayuda tras el paso de Manuel. “Comemos frijoles o tortilla con
sal”, explicó Daría Nava Dorantes, habitante de Pochotlaxco, quien subrayó que
“¡tenemos 100 años abandonados aquí, nunca hemos tenido luz!”
Comentó que “la
situación está muy difícil: el gobierno no nos regresa a ver, acá no llegan
recursos de nada. Ahora con este huracán que pasó tuvimos pérdida de milpa, de
huertas, de palma, de animales; ya vino la Sedatu (Secretaría de Desarrollo
Agrario, Territorial y Urbano) a censarnos pero hasta ahora no tenemos
respuesta. Y pues aquí estamos sufriendo”.
Entre Pochotlaxco y
Las Parotas se encuentra el punto donde la Comisión Federal de Electricidad (CFE)
pretende construir desde hace más de 10 años las compuertas de la presa La
Parota, pero debido a su escaso número de habitantes, la autoridad no toma en
cuenta a Pochotlaxco, donde solamente dos viviendas cuentan con celdas solares
que sirven para cargar celulares y ver un pequeño televisor en blanco y negro.
A la pequeña
escuela primaria del lugar, construida con adobe y teja, asisten 13 niños,
mientras que los jóvenes deben caminar más de una hora hasta Las Parotas para
poder asistir a la secundaria o preparatoria, pues el transporte público quedó
interrumpido luego de que la única camioneta del último poblado de los bienes
comunales de Cacahuatepec se descompuso con la crecida del río.
“El gobierno sí nos
ayudó después de las lluvias”, admitió el comisario municipal, Narciso Nava
Castañón, pero aclaró que “nos entregó 15 despensas, que son una miseria; tuve
que ir por ellas caminando ocho días después de que cayó la lluvia el pasado 14
de septiembre”.
Nava Castañón
mencionó que “yo tengo 47 años aquí y nunca había pasado esto. Nadie creía lo
que estaba pasando aquí; el río se llevó mi camioneta, apenas estaba
aprendiendo a manejar. El agua del río destruyó mi casa; todos nos refugiamos
allá arriba en el cerro... Gracias a Dios que no se murió nadie”.
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