QuéPasaColima.- Los dos presidentes panistas que ha
tenido el país, Vicente Fox y Felipe Calderón, han dejado una herencia de la
que poco se habla. En ambos casos sus esposas han pretendido sustituir a sus
cónyuges en la silla presidencial sin mayores méritos políticos o de liderazgo
que haber ocupado el puesto de primera dama donde quedaron encantadas por las
mieles del poder.
Ni Marta Sahagún ni Margarita Zavala llegaron a Los Pinos por
méritos propios sino por una circunstancia política ajena a sus capacidades
políticas o de gobierno. Tampoco ninguna de ellas fue elegida por voto directo
para cargos de elección popular. Aunque Zavala ocupó un espacio legislativo fue
a través de la vía plurinominal, es decir, por una negociación dentro de su
propio partido y no por el sufragio.
En su momento Martha Sahagún fue la principal operadora política
del presidente Fox con quien se casó al primer año de que llegaron a ocupar la
residencia oficial. Entonces, de vocera pasó a ser la negociadora principal del
gobierno con empresarios, gobernadores, líderes sindicales y dirigentes de
partidos políticos a quienes pasaban a
la cabaña que mandó a remodelar dentro de Los Pinos, antes de que llegaran a la oficina presidencial.
La primera dama hizo lo que quiso desde el corazón del poder
presidencial. Tomó acuerdos que no le correspondían y enriqueció a sus hijos
con el peor uso del nepotismo, consiguiéndoles contratos y negocios en la rama
de la construcción o de la industria petrolera bajo la égida del presidente.
Sahagún se hizo adicta al poder sin responsabilidad. Cada una de
sus acciones y decisiones repercutían en Vicente Fox y muchas de éstas
afectaron directamente el curso del gobierno. Ejemplo claro de esto fue la
relación cercanísima que tuvo con Elba Esther Gordillo quien le sacó provecho
para enquistarse en posiciones privilegiadas de gobierno.
Pero cuando Martha quiso lanzarse como candidata a la
presidencia, en su partido el PAN la detuvieron y el propio Vicente Fox se dio
cuenta de la locura que esto representaba: que una mujer sin preparación
política ni proyecto de Nación, sin sentido de la responsabilidad pública ni de
la importancia de representar al Estado, llegara a ocupar la silla
presidencial. Hasta ahí llegaron los sueños y las ambiciones de Martha Sahagún.
Años más tarde Margarita Zavala ha retomado la misma idea y las
aspiraciones de Martha Sahagún y quiere ser la candidata presidencial del PAN
para las elecciones del 2018.
A diferencia de Sahagún que quiso ser candidata presidencial de
manera inmediata al terminar la administración de su esposo, Zavala esperó seis
años para luchar por la candidatura presidencial pero con el apoyo fundamental
de su esposo Felipe Calderón.
Pero si Calderón no hubiera sido presidente, Zavala no hubiera
probado las mieles del poder presidencial y no tendría ninguna razón ni
posibilidad de aspirar a ocupar la oficina principal de Los Pinos.
Margarita Zavala aspira a representar al PAN en la contienda
presidencial del 2018 sin experiencia política
importante porque aun cuando fue diputada, no tiene en su historial
legislativo una sola propuesta que haya dejado huella política o de gobierno.
Pero dadas las condiciones de debilidad que hay entre las filas
del PAN, es probable que Margarita Zavala sea la candidata presidencial pero
sin mayores credenciales y experiencia de gobierno que haber sido la primera
dama.
Y eso no garantiza que tenga la capacidad y el conocimiento
suficiente para conducir un país tan complicado, difícil y violento como es
ahora México, con el cual tampoco pudo su esposo Felipe Calderón.
0 comentarios:
Publicar un comentario