QuéPasaCOLIMA?.- Para María Teresa Rodríguez este 15 de septiembre no fue un
día más. A sus 76 años nunca había participado en una manifestación, no tenía
experiencia en actos políticos, no sabía lo que era salir a protestar.
Pero dijo basta. Y salió con una bandera negra en su mano a
las calles de Ciudad de México junto a unos pocos miles de personas para pedir
la renuncia del presidente Enrique Peña Nieto.
"Vengo en señal de protesta, me siento de luto por
México, estoy muy triste por todo lo que está pasando, es de un cinismo
inaudito, una impunidad terrible, por eso estoy triste", le dice a BBC
Mundo a la altura del Palacio de Bellas Artes donde cientos de policías
bloqueaban el paso a la marcha que no pudo llegar al Zócalo.
"Ya basta", agrega, "qué país está quedando
para mis nietos, para mis hijos, ¿qué cambió para que viniera? La corrupción
tan absoluta que hay, no es posible seguir así, tanta gente robando y tanta
gente pobre".
La corrupción es una de las manchas que pesan sobre el
gobierno de Peña Nieto. Apenas dos de cada diez mexicanos aprueban su gestión
-la popularidad más baja en décadas para un presidente- de acuerdo a una
encuesta incluso realizada antes de quedar aun peor parado tras su criticada
invitación al candidato republicano Donald Trump.
"La gente es conformista"
El cansancio de la gente es evidente, el rechazo al
presidente se ve en los sondeos y se palpa en la calle, hay indignación pero
también resignación.
"Somos pocos, evidentemente somos pocos, porquela gente
es conformista, porque la gente cree que no vamos a solucionar nada, se sigue
quejando pero no hacemos nada por un mínimo cambio", comenta María
Cuéllar, de 28 años, mientras avanza con un cartel que dice "Vale más una
protesta pendeja que un pendejo que no protesta".
En cualquier otro lugar, el presidente estaría en serios
problemas pero quizá en este México haya más gente con la toalla en el piso que
dispuesta a levantar una bandera.
La capital mexicana era este jueves una ciudad con más
habitantes con la cabeza en el fin de semana largo por el Día de la
Independencia que personas dispuestas a pintar un cartel "#RenunciaYa
#MotivosSobran", con más manifestantes de sillón e indignados en redes
sociales que los que se animaron a caminar un par de horas gritando "Fuera
Peña".
"El desafío es cambiar la mentalidad"
Sergio Beltrán, uno de los promotores de la manifestación,
organizada principalmente a través de redes sociales, admitió en conversación
con BBC Mundo que la convocatoria era "baja".
Pero él, al igual que varios manifestantes, hizo hincapié en
que lo de este jueves fue apenas un primer paso. El objetivo, apuntó, es
"reunirnos y organizarnos, entender qué nos trajo aquí y cómo nos vamos a
organizar, qué vamos a comunicar y cómo vamos a atraer más gente".
Para Jesús Martínez, de 28 años, "el desafío es cambiar
la mentalidad de que nada va a cambiar, de que no vas a hacer la diferencia, de
que son intocables y (Peña Nieto) no se va a ir".
Peña Nieto, con dos años todavía de mandato, realizaba la
noche del jueves el tradicional "Grito" de la Independencia desde el
balcón del Palacio Nacional frente al Zócalo rodeado de miles de personas que
sus críticos aseguraban habían sido llevadas. Y nadie cree realmente que el
presidente, golpeado y todo, se vaya a ir antes de tiempo.
Así que es probable que el sentir de la marcha lo resumiera
Pedro de la Cruz, de 35 años. Mientras el sol se escondía a lo lejos por detrás
del Monumento a la Revolución admitió: "No esperamos generar un cambio
radical pero sí concientizar a la población de que tiene que darse cuenta de
que está mal el país, de que está mal el gobierno. Venimos para que despierte
México".
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