QuéPasaCOLIMA?.- La indignación que provocó la invitación del presidente
Enrique Peña Nieto al candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos,
Donald Trump, un día antes de su Cuarto Informe de Gobierno, creó el escenario
ideal para “la tormenta perfecta” que lleva en picada la credibilidad del
Ejecutivo, asegura el diputado federal Agustín Basave.
Y asegura que
el tifón político se calmará sólo con la renuncia del titular de la Secretaría
de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray, el cual cometió la imprudencia
de invitar al magnate estadunidense.
Incluso fue
Videgaray quien recibió a Trump en el hangar presidencial, supuestamente con la
idea de enviar un mensaje para calmar a los mexicanos sobre una eventual
desestabilización de los mercados ante un eventual triunfo del republicano en
las elecciones presidenciales del próximo 8 de noviembre.
“Prácticamente
ya nadie respeta a Peña Nieto. Tenía una tasa de aprobación de 23%. Con esto se
va a ir a un dígito. Nada más que me digan cómo va a gobernar”, señala Basave
en una entrevista en la sala de su casa.
Además de
sentirse agraviado por la presencia de “un payaso” (como llamó a Trump), porque
se ha burlado y ha ofendido al pueblo mexicano, el académico critica con dureza
la actitud del Ejecutivo: “Me avergüenzo de tener este presidente”.
Luego suelta:
“Diplomacia no es pusilanimidad” y “ser un hombre de Estado no es ser un
timorato”.
Prosigue: “El
propio presidente dijo después (de la visita): ‘o una de dos, o caía en los
insultos como él nos ha insultado o abría un diálogo’. ¡No!”.
El académico
también manifiesta su descontento por la violación a los símbolos patrios
cuando en la conferencia de prensa se presentó al candidato republicano
flanqueado por la bandera y el escudo nacional, “como si fuera el señor de la
casa”, y porque se ignoró una parte de la segunda estrofa del Himno Nacional Mexicano
que a la letra dice: Más si osare un extraño enemigo// Profanar con su planta
tu suelo// Piensa ¡Oh Patria querida!// Que el cielo// Un soldado en cada hijo
te dio.
El Ejecutivo
mexicano debió reclamarle una disculpa pública porque Trump no quiso asumir la
culpa, dice. “Esos errores se suman a que no hubo acuerdos previos entre el
equipo del presidente, a través de Relaciones Exteriores, con la gente de Trump
para ponerse de acuerdo y decirle: ‘vas a venir, pero te vas a disculpar, o si
no ni vengas’”.
Peña,
salvavidas electorero
De acuerdo con
Basave, el titular de Hacienda debe asumir el costo político y renunciar de
inmediato al cargo, porque Peña Nieto “básicamente le hizo un acto de campaña a
Trump en México, en momentos en que estaba de capa caída; (el magnate) andaba
en picada.
“¡Le hicieron
un acto de campaña! Lo ayudaron a recuperarse. Le dieron probablemente votos
latinos. Lo ayudaron a salir pareciendo una figura presidencial. Es una
imbecilidad. ¿A quién se le ocurre hacer eso? Le hicieron un acto de campaña a
la persona que menos le conviene a México que gane. ¡Es gigantesco el daño!”.
Reclama que
Peña Nieto haya tratado a Trump como si fuera un funcionario público, en un
acto de Estado. “Este estúpido (Trump) que nos ha injuriado una y otra vez,
ahora resulta que se adueña, toma los micrófonos, y al presidente (Peña) lo
trata como si fuera un subordinado, le pasa la palabra (en la conferencia de
prensa). ¡No, no no! ¡Fue una cosa indignante!”.
Con esta
actitud, agrega, Peña ya se enemistó con la candidata demócrata a la
presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton. “O sea, no solamente le hizo un
acto de campaña a Donald Trump y lo ayudó, sino que se enemistó, por recibir a
Trump, con Hillary Clinton, la más probable ganadora de la elección”.
Un agravio
Para el
expresidente nacional del PRD, invitar a Trump a México fue emocionalmente un
agravio para los mexicanos y una indignidad para Peña Nieto. “(Peña) Cometió
dos grandes errores: el primero fue haberlo invitado. Así haya sido junto con
Hillary Clinton, no debió haber invitado a ninguno de los dos. Segundo, pues ya
que lo invitaste, ya que estás ahí con él, que se disculpe con los mexicanos, y
si no lo hace, tú, como presidente de la República, lo confrontas con energía y
con firmeza y le reclamas todas las cosas que ha dicho en contra de los
mexicanos en Estados Unidos y en general en México”. Pero no lo hizo.
Para el
académico, la opción más digna que hubiera asumido el mexiquense era confrontar
a Trump, decirle “con todas sus letras” que los mexicanos no lo quieren porque
los ha ofendido.
“Estamos
asumiendo que él no se quiso disculpar (pero entonces) se pudo reclamarle una
disculpa”.
El resultado
fue una catástrofe. Trump –dice– se adueñó de Los Pinos. “A mí me enfureció ver
en la casa del presidente de la República a este payaso peligrosísimo adueñarse
de la situación, adueñarse del lugar. Nos humilló a los mexicanos en nuestra
casa, y eso fue porque lo permitió Enrique Peña Nieto, y él se humilló a sí
mismo, permitió que lo humillaran y permitió que nos humillaran a los
mexicanos. ¡No puedo imaginar un resultado más desastroso de ese encuentro!”.
Remata:
“Trump, el personaje que Peña invitó, es un demagogo, un tirano en potencia, y
Peña Nieto lo dejó hacer y deshacer como quiso”.
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