Con
el país dividido prácticamente en dos, la elección era considerada un
plebiscito de los 12 años del gobernante Partido de los Trabajadores en el
poder.
QuéPasaColima.- Los brasileños reeligieron este domingo a
Dilma Rousseff como presidenta por un ajustadísimo margen, privilegiando su
legado de ayudas para los pobres al cambio encarnado por su rival Aecio Neves
tras una campaña con más drama y vueltas de tuerca que una telenovela.
Rousseff, una
exguerrillera de 66 años que fue encarcelada y torturada en la dictadura,
obtuvo 51,48% de los votos frente a 48,52% de su rival socialdemócrata, con las
urnas escrutadas al 98,29%.
Según el Tribunal
Superior Electoral (TSE) Neves no tiene chances de revertir el resultado.
"Muchas
gracias" por la reelección: "#Dilmais4", escribió Rousseff en su
cuenta en Twitter.
Con el país
dividido prácticamente en dos, la elección era considerada un plebiscito de los
12 años del gobernante Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) en el poder.
Durante los ocho
años de gobierno del expresidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) y los
cuatro de Rousseff, más de 40 millones de brasileños han salido de la pobreza e
ingresado en la clase media gracias a subsidios para familias pobres, viviendas
populares, enseñanza técnica gratuita y cuotas universitarias para negros y
estudiantes de muy bajos ingresos.
Rousseff, de 66
años, fue sobre todo la opción de los electores del noreste del país, la zona
más pobre que se benefició enormemente con estos programas.
Neves, un
exgobernador y exsenador preferido por los mercados y con fama de playboy, que
prometía frenar la corrupción y dar un giro liberal a la economía para que el
país vuelva a crecer, conquistó los votos de las clases media y alta del sur
que reclamaban un cambio, menos intervención del gobierno en la economía y el
fin de la corrupción. Pero no le alcanzó para vencer.
Tras un crecimiento
espectacular de 7,5% en 2010, durante el primer mandato de Rousseff la séptima
economía mundial ha registrado un magro crecimiento y hasta se frenó en el
primer semestre de 2014. A esto se suma una elevada inflación (6,75% en 12
meses, por encima del techo de la meta oficial), aunque el desempleo aún se
mantiene muy bajo, en 4,9%.
- Corrupción en
primer plano -
El PT también ha
sido cuestionado duramente por varios escándalos de corrupción, el último de
ellos en la estatal Petrobras, la mayor empresa brasileña, donde fueron
denunciados millonarios sobreprecios en contratos de varias constructoras para
financiar al PT y a otros partidos y legisladores aliados.
En uno de los
últimos giros de la campaña, la revista opositora Veja publicó el viernes el
testimonio a la justicia de un acusado que aseguró que tanto Lula como Rousseff
estaban al tanto de la corrupción en Petrobras, lo cual es negado tajantemente
por ambos.
La presidenta ha
asegurado que si es reelecta investigará "piedra por piedra" el
escándalo en Petrobras, y anunció que demandará a Veja por "terrorismo
electoral".
"La cuestión
de Petrobras seguirá después de la elección. La sociedad termina esta elección
con una división inédita en Brasil, y la corrupción alimenta ese sentimiento.
Una victoria de Dilma Rousseff significa que la oposición intentará ahondar en
esas denuncias", dijo a la AFP el analista político independiente André
César.
Indignada por la
corrupción de la clase política y la pésima calidad de servicios públicos como
salud y educación, más de un millón de personas salieron a las calles de Brasil
en junio de 2013 a reclamar cambios.
La popularidad de
Rousseff -y de todos los políticos- cayó entonces a sus peores niveles, pero en
poco más de un año la mandataria consiguió recuperarse, organizar en 2014 un
Mundial de fútbol exitoso (aunque a un costo público muy elevado) y convencer a
los brasileños de que le den cuatro años más en el Palacio de Planalto.
- Cuarta derrota
para el PSDB -
Neves, nieto de un
gran personaje de la transición democrática, Tancredo Neves, designado
presidente en 1985 pero que falleció antes de asumir, acarició el sueño de
concluir el camino de su abuelo, y por eso la derrota es tanto más dolorosa.
Primero, porque es
el cuarto fracaso consecutivo de su Partido de la Socialdemocracia Brasileña
(PSDB, centro), que gobernó el país por última vez entre 1995 y 2002 con
Fernando Henrique Cardoso (FHC).
También, porque la
campaña le ha traído más subidas y bajadas que una montaña rusa.
Era hace tres meses
el rival más fuerte de Rousseff, hasta que fue derribado a un tercer lugar por
la ecologista Marina Silva, que buscaba ser la primera presidente "negra y
pobre" de Brasil tras reemplazar en agosto al presidenciable socialista
Eduardo Campos, fallecido en un accidente de avión.
Neves resurgió no
obstante de las cenizas y superó a la ecologista para ingresar al balotaje con
33,55% (frente a 41,59% de Rousseff).
Después -gracias al
apoyo de Silva, que obtuvo 21,32% en la primera vuelta- llegó incluso a superar
a Rousseff en los sondeos de opinión, hasta que la mandataria lo dejó atrás con
una sofisticada campaña, también plagada de ataques personales.
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