El presidente Evo Morales fue festejado por sus
simpatizantes al llegar a la casilla de votación.
QuéPasaColima.-
“Ganó la nacionalización sobre la privatización”, sostuvo
esta noche el presidente boliviano, Evo Morales, al proclamar su triunfo en las
elecciones celebradas este domingo, tras conocerse sondeos a boca de urna que
le otorgaron una aplastante victoria de más de 60 por ciento de los votos,
contra 25 puntos de su más cercano rival, el centroderechista Samuel Doria
Medina, quien reconoció su derrota.
Al cierre de esta edición se informó que el Tribunal Supremo
Electoral (TSE) dará a conocer los resultados oficiales en las primeras horas
de este lunes.
Pero ya con datos de los sondeos, el presidente salió al
balcón del Palacio del Quemado, en la emblemática plaza Murillo, para celebrar
el triunfo que le asegura un tercer mandato (2015-2020).
El gobernante, al frente del Movimiento al Socialismo (MAS),
habló del crecimiento en casi todo el país. Aseguró que habían ganado en ocho
de los nueve departamentos, con excepción de Beni, y dijo que esto se debe al
trabajo de todos y a la confianza que han sabido ganarse.
Morales, acompañado del vicepresidente, Álvaro García Linera,
subrayó: “este es el sentimiento de liberación de nuestros pueblos. ¿Hasta
cuándo seguir sometidos al imperio o al sistema capitalista? Este triunfo es de
los antimperialistas y los anticolonialistas”. Luego exclamó, a coro con la
gente: “patria sí, colonia no; patria sí, colonia no; patria sí, colonia no...
“Aquí había a debate dos programas: la nacionalización o la
privatización. Con más de 60 por ciento ganó la nacionalización”, apuntó el ex
líder sindicalista cocalero de 55 años, muy popular por haber llevado a las
masas el gas natural y la riqueza minera de Bolivia.
En otra parte de su discurso, en que clamaba “hermanos y
hermanas”, dijo que había un gran movimiento de liberación nacional y que, como
decía el subcomandante Marcos: “gobernar obedeciendo al pueblo”.
En estas elecciones “han ganado la dignidad y la soberanía
nacional. Quiero celebrar este triunfo del pueblo boliviano en democracia,
dedicarlo a toda América Latina, a Fidel Castro, a Hugo Chávez que en paz
descanse; a todos los antimperialistas y anticolonialistas. Hemos crecido
bastante, en un proceso de cambio, con una la revolución democrática cultural”,
asentó.
“Quiero decirle a nuestros opositores que no hagan
confrontación. ¡Vengan, trabajemos por Bolivia!”, fueron otras palabras de
Morales en esta noche de festejo, en la que también hubo fuegos artificiales y
no pocos jóvenes que interrumpían con ovaciones y referencias al colectivo
Generación Evo.
El primer presidente indígena en Bolivia, que llegó al poder
en 2006 al frente de las fuerzas del MAS y tuvo una dura resistencia en sus primeros
años, enfrentó una oposición fragmentada y disminuida que no logró convertirse
en alternativa electoral para disputarle una tercera gestión 2015-2020.
Los sondeos a boca de urna divulgados por televisoras y datos
extraoficiales, además de otorgar a Morales más de 60 por ciento de los votos,
contra 25 para Doria Medina, postulado por la centroderechista Unidad
Demócrata, colocaron al ex presidente conservador del Partido Demócrata
Cristiano Jorge Medina en tercer lugar, con 9.6 por ciento de los sufragios.
El MAS volverá a controlar dos tercios de la bicamaral
Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP). Ocupará 24 de las 36 bancas en el
Senado y 80 de las 130 diputaciones, es decir, 104 de los 156 escaños de la
ALP, siempre de acuerdo con cálculos fundados en datos extraoficiales, indicó
la agencia oficial Abi.
La Unidad Demócrata, de Doria Medina, habría cosechado 35
escaños en la Cámara de Diputados, el Partido Demócrata Cristiano (PDC), de
Quiroga once, y el Movimiento Sin Miedo uno, lo mismo que el Partido Verde.
En el Senado, el MAS consiguió 24 asientos, la UD nueve y el
PDC uno, precisó Abi.
Incluso el influyente sector empresarial de Santa Cruz, en el
este del país, motor económico de Bolivia, inicialmente la oposición más dura a
la política indigenista, antiestadunidense y nacionalista de Morales, se ha
volcado paulatinamente en su apoyo, favorecido por el crecimiento económico y
el buen desempeño de los negocios.
Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), Bolivia podría
lograr este año un crecimiento del PIB de 6.5 por ciento, el mayor en la
región. También se ha ganado elogios de Wall Street por su manejo
macroeconómico.
El presidente, férreo defensor de la ancestral hoja de coca y
fuerte crítico de Estados Unidos, votó a primera hora en el Chapare, en el
central departamento de Cochabamba, zona cocalera de donde es oriundo, y pidió
“una participación masiva que demuestre la unidad del país”.
Morales basó su campaña electoral en los logros económicos de
su gestión y medidas como la nacionalización de los hidrocarburos en 2006, que
le dieron cuantiosos recursos al Estado y le permitieron mejorar la
distribución del ingreso en beneficio de sectores populares.
Con 10 millones de habitantes, 62 por ciento de la población
de Bolivia son indígenas y campesinos.
Las urnas se abrieron a las 8 de la mañana y la elección
terminó a las 4 de la tarde, en las que estaban habilitados para sufragar 6.2
millones de bolivianos. Por segunda vez, más de 270 mil bolivianos sufragaron
en 33 países.
El presidente y líder cocalero, nacido en el seno de una
familia aymara y pastor de llamas en su niñez, buscaba una ventaja superior a
60 por ciento de los votos para mantener el control absoluto del Congreso y
gobernar sin oposición. En las últimas elecciones, en 2009, logró 64 por ciento
de los sufragios.
Tras admitir su derrota, Doria Medina dijo: “vamos a seguir
trabajando para hacer un mejor país”.
La oposición ha cuestionado otra postulación de Morales,
aunque él alega que debió interrumpir y reiniciar en 2009 su primer mandato
(2006-2011), cuando se eliminó la República y se creó el Estado Plurinacional
de Bolivia con una nueva Constitución.
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