QuéPasaColima.- La Comisión Nacional de
los Derechos Humanos (CNDH) señaló que más de 3 millones de trabajadores
mexicanos perciben un salario mínimo al día y que ese ingreso es insuficiente
para garantizar una vida digna.
“El salario constituye uno de los derechos de toda persona que
trabaja para un tercero, a través del cual puede disfrutar de una vida digna.
Los ingresos de una persona le deben permitir que cubra sus necesidades básicas
de alimentación, vivienda, salud, educación, entre otras, no sólo para sí
misma, sino también para su familia, por lo que tal derecho está relacionado
directamente con el goce y la satisfacción de diversos derechos humanos”,
precisa el documento titulado “Salario mínimo y derechos humanos” que la CNDH
remitió al Congreso de la Unión.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE) reconoció 2013, que México era el segundo país dentro de dicho
Organización con el salario mínimo general más bajo.
En 1962 fue incorporada la figura del salario mínimo al artículo
123 de la Constitución Mexicana, por la iniciativa presentada al Congreso de la
Unión el 27 de diciembre de 1961 por Adolfo López Mateos, entonces Presidente
de la República.
A primer trimestre del 2016, en según los indicadores
estratégicos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI existían 3
millones 875 mil 098 trabajadoras y trabajadores cuyos ingresos fueron “de
hasta un solo salario mínimo general o menos”.
“Este sector específico de la población enfrenta dificultades
para asumir los costos inherentes a la alimentación educación, vivienda y
cuidados de la salud, entre otros satisfactores necesarios para su bienestar,
puesto que si se considerara, por ejemplo que la línea de bienestar, a marzo de
2016, fue de $2,714.66 mensuales en las zonas urbanas y que el monto actual del
salario mínimo es $70.10 pesos diarios, sin incluir prestaciones laborales u
otras medidas de protección social, podría estimarse que aun percibiendo
treinta y un días de salario al mes, existe un déficit para alcanzar dicho
parámetro”, indica el informe.
El Organismo nacionalidad señala que aunada a dicha
insuficiencia económica, “los medios de protección social que pudieran
complementar los satisfactores necesarios para el bienestar de las trabajadoras
y los trabajadores que perciben un solo salario mínimo, no han logrado una
cobertura universal. Es de notar que al primer trimestre de 2016, de acuerdo
con la ENOE, el 45.7% de las y los trabajadores subordinados y remunerados no contaban
con acceso a instituciones de salud, y el 36.44% de este sector tampoco gozaba
de prestaciones laborales”.
“En el caso particular del sector asalariado de la población que
percibe un salario mínimo o menos, cabe destacar que al primer trimestre de 2016,
el 91% de estas trabajadoras y trabajadores se encontraba en informalidad
laboral, es decir 3 millones 536 mil 190 personas. Ello quiere decir que eran,
además, vulnerables porque su vínculo o dependencia laboral no era reconocida
por su fuente de trabajo, con la consecuente carencia de seguridad social y
prestaciones”, expone la CNDH.
La insuficiencia del salario mínimo se agudiza si se considera
que a lo anterior “que el número de integrantes promedio de un hogar mexicano
es 3.8, según el INEGI, las dificultades para satisfacer las necesidades
familiares en el orden material, social y cultural se incrementan notoriamente,
cuando un solo integrante percibe un salario mínimo”.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las
Naciones Unidas (CEPAL), en su informe más reciente sobre el panorama social en
la región señala que en México, del 2010 al 2014, la disminución de los
ingresos constituyó el principal factor de aumento de la pobreza.
La CNDH concluyó que “es necesario que la política de recuperación
gradual y sostenida del poder adquisitivo de los salarios mínimos generales y
profesionales, asegure que el monto del salario mínimo, aunado a las medidas de
protección social, sea adecuado para que las trabajadoras y los trabajadores
que perciben el equivalente a uno solo y sus familias, vivan dignamente, con
pleno goce y disfrute de los derechos humanos”.
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